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La crisis y desmanejos se llevaron tres financistas en San Francisco

La crisis y desmanejos se llevaron tres financistas en San Francisco

En los últimos meses tres financistas locales cerraron sus puertas, no si antes causar diferentes inconvenientes en el sistema financiero local. Incluso, en la vidriera donde funcionaba una de las "cuevas" un cartel advierte que en el local ya no opera más la financiera, y que los damnificados se abstenga de causar daños en el lugar. 

Un poco la crisis, otro poco los desmanejos, y un sin fin de historias de damnificados, cheques devueltos y documentos, terminaron con el funcionamiento de tres financieras locales, las cuales tenían una cabeza definida y operaban desde hace un tiempo en la ciudad. 

Primero fue Gustavo Cornejo, con su financiera ubicada por Bv. 9 de Julio, frente la plaza cívica, quién sufrió los embates de la crísis y terminó preso de desmanejos propios y ajenos. 

Una cadena de cheques que cayó en desgracia, quiebras, el reclamo de algunos ahorristas que perdieron su dinero y todavía esperan respuestas, como así también comerciantes que llevaban su efectivo y retiraban cheques de terceros para pagar a los acreedores, a cambio de ganar unos pesos extras, que hoy  tampoco pueden cobrar, son algunos de los efectos que dejó su caída.  

Casi al mismo tiempo, y con algunos negocios cruzados con Cornejo, lo siguió Fabián Humeler, quien ya había atravesado por otros problemas económicos. Humeler, es recordado también por la caída en desgracia de la Mutual Sol Naciente. Inmerso en la misma realidad que en el anterior caso, dejó muchos damnificados que esperan soluciones. 

La tercera en caer fue la financiera perteneciente a Claudio Pezoa, ubicada en pasaje Cangallo, en pleno centro de la ciudad. Desde hace tiempo enfrentaba problemas económicos e incluso existieron algunos altercados entre clientes y el financista en la puerta de su "negocio".

En la actualidad, el local que alquilaba está siendo remodelado y allí el propietario colocó varios carteles donde se puede leer que en el mismo ya no trabaja más Pezoa, que quienes tuvieron un problema con el financista se abstengan de realizar cualquier daño, ya que existen cámaras de seguridad en la zona. 

Lo cierto es la crisis agravó la situación de estas personas, pero no se puede obviar que en algunos de los casos existían antecedentes de malos manejos que terminaron con damnificados de distinta índole, con anterioridad a lo ocurrido en la actualidad. 

Algunos todavía mantienen diálogo con las damnificados y prometen soluciones, otros se fueron de la ciudad y es casi imposible encontrarlos, según manifiestan algunos afectados. Lo que nadie puede obviar es que los casos se reiteran en el tiempo, pero a pesar de esto las financieras siguen proliferando en San Francisco.

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