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Denuncian represión policial en la estudiantina

Denuncian represión policial en la estudiantina

El viernes varios jóvenes, en su mayoría menores de edad, sufrieron los efectos del gas pimienta arrojado por la policía. Otros fueron golpeados por las fuerzas del orden. Preocupa que la policía que no puedan contener a grupos de menores de edad sin emplear la violencia.

 En la plaza Cívica de San Francisco se vivieron momentos de tensión y tristeza. La policía de nuestra ciudad reprimió a jóvenes que festejaban el día de la primavera por medio de gas pimienta, e incluso algunos menores denunciaron que fueron golpeados.

 

Todo comenzó cuando los adolescentes se trasladaron desde la plaza Vélez Sarfield a la plaza Cívica. Allí los “promo 2018” comenzaron a intercambiar “canticos” con quienes finalizarán el secundario el año próximo. Por eso hablamos de menores de edad.

En medio de esos intercambios, y luego de algunas escaramuzas menores, la policía intervino y reprimió a los estudiantes con gas pimienta, y con los bastones. Incluso algunos de los adolescentes fueron demorados, y sus padres denunciaron que fueron golpeados por la policía.

Resulta increíble que las fuerzas del orden tengan que recurrir a la represión desmedida para disuadir a menores de edad. Esto marca la falta de preparación de los uniformados, sobre todo teniendo en cuenta la edad de los “supuestos revoltosos”.

Incluso, al ser afectados por el gas pimienta, algunos estudiantes intentaron recurrir a un comercio para comprar leche y tratar de lavar sus ojos y así  aliviar la molestia. Sin embargo, la policía impidió esta situación, agravando la cuestión el lugar de colaborar.

Es muy triste que en las épocas que vivimos todavía existan hechos de este tipo, donde las fuerzas del orden no cuenten con otro método que no sea la violencia. Incluso se vivieron hechos violentos contra menores en distintos festejos durante el fin de semana.

Pasan los años y lejos de mejorar en materia social e institucional, seguimos retrocediendo, utilizando métodos de las peores épocas, agravados por una política complaciente donde los “palos” parecen ser el único método para educar, como así también que jóvenes discutan o pelean porque pertenecen a promociones diferentes.  Lamentable.

 

 

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